MdN: New York (30) Trajes de Alquiler

Madame Loconnelle (Buscavidas y Adivina)                                  –             Hernán
Colin O’Bannon (Agente Federal)                                                    –              Toño
Liam McMurdo (Mecánico de Día, Conductor de Noche)           –              Soler
Thomas Connery (Infante de Marina Retirado)                             –              Bea
Greg Pendergast (Escritor Difamado)                                              –              Jacin
Jacob O’Neil (Detective Privado y Alcohólico)                               –              Raúl
Annie O’Carolan (Cazadora de Libros)                                             –              Sarita
Angus Lancaster (Arquitecto Masón)                                              –              Garrido

 

Los Finns se reunieron en la habitación de Angus Lancaster, donde el arquitecto les esperaba junto al mejor sastre de la ciudad.

—Esta noche vamos a una fiesta de gala, muchachos —dijo Angus—. Y no vais a llegar a la fiesta oliendo a clase obrera. Diwert dispone de un amplio catálogo de esmóquines de alquiler y seguro que encuentra un par de modelitos para que Annie no parezca sacada de una biblioteca y Patry Nelly parezca… bueno, para que Nelly se parezca más a Patry y menos a Nelly.

Mientras les tomaban medidas y se probaban trajes, Greg Pendergast ojeaba por encima un periódico que había tomado de la recepción del Grand, el Pillar Riposte. En él, había un extenso artículo sobre la muerta de Jackson Elias a cargo de una tal Catherine Butchfiel, en la que la periodista afirmaba que el caso de Elias podía estar unido a ciertas muertes rituales ocurridas por todo Nueva York en los últimos meses y atacaba con dureza la inoperatividad del departamento de policía y su investigador a cargo, el Teniente Martin Poole.

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Angus, que no necesitaba ningún traje ya que disponía de una amplia colección de fracs, también aprovechó para leer el libro estrella de Jackson Elias, Los Hijos de la Muerte, quedando impresionado por la manera en la que Elias exponía sin miramientos las criminales costumbres de los Thug de la India. Mientras que Annie y Greg parecía que querían olvidarse de Jackson Elias, para no revivir su muerta, Angus cada vez se obsesionaba más con el escritor que habían asesinado de forma tan despreciable, y su instinto de justiciero rugía en sus entrañas, pugnando por salir.

El tal Diwert lo había conseguido. Greg disponía de un espléndido esmoquin que resaltaba su espigada figura. Liam, tan reconocible por sus quemaduras en cualquier lugar, lucía un buen traje con el que parecía un genuino chófer de la clase alta. Uno feo, pero chófer al fin y al cabo. Jacob y Thomas lucían el mismo traje que les daba el aspecto fiero de una pareja de guardaespaldas. Y Annie y Patry lucían dos hermosos vestidos, azul la morena, verde la pelirroja, con los que sin duda pasarían por chicas de la clase alta.

Colin se había mantenido al margen. Sabía que su nombre y su llamativo aspecto (bajito y pelirrojo) le habían puesto en el punto de mira de Erica Carlyle, por lo que había decidido mantenerse al margen de la fiesta. Se pasó la mañana a solas, desmontando, limpiando y engrasando la colección de armas de fuego de la que disponían los Finns.

Angus continuó mostrándose generoso pues, tras pagar la factura del sastre, invitó a los Finns a dar buena cuenta de unos suculentos filetes en un bistró cercano.

Tras una gran sobremesa, un paseo por Central Park y una pequeña siesta para reponer fuerzas, el sol comenzó a ponerse entre los rascacielos de Nueva York pero, antes de la fiesta debían visitar de nuevo la Casa del Ju-Ju, donde Angus y Patry participarían en ese numerito del Rito de Virilidad con el que podrían ver al Gran Mukunga y ver si se trataba del mismo hombre que Thomas, Colin y Liam vieron huir del Hotel Chelsea.

De ser así, Greg, Annie, Colin, Liam, Thomas y Jacob estarían en las inmediaciones de la casa del Ju-Ju, en el Packard Twin Six en cuyo maletero había guardado escopetas , pistolas y hasta el preciado bate de baseball de Greg por si tuviera que asaltar la tienda… cosa no muy recomendable vestidos con esos trajes alquilados.

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