Patry O’Connel (Buscavidas) – Hernán
Thomas Connery (Infante de Marina) – Bea
Annie O’Carolan (Cazadora de Libros) – Sarita
Liam McMurdo (Conductor) – Soler
Colin O’Bannon (Jugador) – Toño
Greg Pendergast (Fotorreportero) – Jacin
Jacob O’Neil (Sargento de Policía) – Raúl
La tormenta había estallado de improviso, caracterizada por una lluvia densa, relámpagos restallando entre los oscuros nubarrones y una oscuridad que devoraba la luz. Sentados alrededor de la cama de Greg Pendergast los Finns escuchaban de labios de Annie O’Carolan la segunda y última entrada del diario del anterior dueño de la Mansión Babson, Ephraim Babson.
―¡Los Hijos del Mar no me obedecen! ¡Esto debe de ser cosa de los Marsh! Los hijos del Mar llevan toda la noche intentado entrar por todas partes. Creí que el polvo de Hermes Trimegisto les espantaría, ¡pero no les afecta!
»Sin embargo, estaba preparado. Había puesto la protección mágica del Chaat Aquadingen en la puerta de entrada… Mucho ruido y pocas nueces… Pero esas cosas no pueden entrar…
»Pero ahora… ahora no me encuentro bien… cuando me acerco a la puerta de la entrada todo da vueltas, siento náuseas y escucho un pitido incesante que cada vez es más agudo… y más agudo… creo que mis cálculos eran correctos pero… temo que también afecte a los que posean la marca de Innsmouth.
»¡¡Oh, que funesto castigo!!
»¡Y Fregg no para de llamar a su madre!
»Los Hijos del Mar se han ido, pero oigo algo más…
»El mar… el mar me llama. Sus olas dicen mi nombre. Yo… Yo…
»Y…
»…‘ha…
»…‘nthlei…
»¡Padre Dagón! ¡Madre Hidra!
»Debo ir a verlos
»¡Ellos me ayudaran!
…
»¡Me ayudarán!
Annie cerró el diario y miró a sus amigos.
―¿Qué son Dagon e Hidra? ―preguntó Liam McMurdo.
Annie resopló, meditabunda, haciendo un ejercicio de memoria.
―Dagon era un dios filisteo, asirio o babilónico que controlaba el mar. Es como el tritón de los griegos. En cuanto a Hidra… la única que se me ocurre es la bestia mitológica que derrotaba Hércules. Una especie de dragón con siete cabezas, que cada vez que le cortabas una, creaba dos.
―Y eso del final… ―comezó Patry O’Connell―. ¿Yehaa en el Zei?
―Y’ha‘nthlei ―leyó Annie―. Ni idea… pero el Chaat Aquadingen es el libro grande que habéis traído.
Todos siguieron el dedo de Annie hasta el grueso tomo que reposaba a un lado del resto.
―¿Cómo lo sabes? ―preguntó Colin O’Bannon.
―Es lo único del libro que está escrito en cristiano ―contestó Annie―. Y está escrito en la portada… pero a saber que quiere decir. Aqua puede ser “Agua” en latín. Dingen es alemán gótico, y quiere decir “Cosas”… y Chaat… es una galleta que se cocina en la India.
―¿Has estado en la India? ―preguntó Patry sorprendida.
―He estado en muchas partes ―Annie sonrió con suficiencia―. Tengo que pasarme por la biblioteca de Miskatonic, a ver que puedo encontrar de este tomo, del tal Hermes Trimesgisto, de símbolos mágicos e hijos del mar… pero no creo que sea fácil. Todo suena a delirio.
―Hay mucho de este mundo, que todavía no es desconocido ―sentenció Jacob O’Neil mientras un trueno subrayaba sus palabras.
―Es un delirio ―contestó Liam―, pero gracias, Annie.
―Delirio o no ―comenzó Colin―, el tipo tenía de todo en su laboratorio secreto.
Colin dejó junto a los libros la bolsa de tela con los lingotes, el frasco con polvo de Trimesgisto y la daga plateada.
―Concretemos ―comenzó Jacob mirando su libreta.
»Tenemos que Innsmouth está controlado por una secta religiosa, la Orden Esotérica de Dagon, instaurada hace casi 100 años por el capitán Obed Marsh.
»Tenemos que los Marsh están a cargo de la susodicha orden. Que hay Marsh y miembros de la orden en todos los estamentos de la ciudad.
»Brian no ha sido el primero en desaparecer en Innsmouth. Un colega de Greg, Allen Zadoshky, y mi mentor, Bill Forbes, también desaparecieron en Innsmouth.
»Según testigos, a Brian lo retiene los miembros de la Orden, pero no sabemos donde…
―Y tú les has dado tu nombre, tú numero de placa, tus datos… ―dijo Greg apretándose las sienes.
Todos los Finns se volvieron hacia Jacob, consternados.
―¡Se los di al comisario Martin!
―Que trabaja para la policía, que trabajan para los Marsh ―siguió Greg―, pero me refería al acólito Marsh con el que hablaste después… y que ya sabía que eras poli, sin decírselo.
―Joder, Jacob… ―comenzó Colin.
―Perdón por no estar acostumbrado a mentir y a esconder mi identidad. Ahora soy policía y no tengo porqué, ¿sabéis?
―Cómo tú quieras ―se excusó Colin alzando las manos.
Jacob le soltó un bufido y ojeó sus notas.
―¿Qué más tenemos?
―Que hay una taberna regentada por un alemán que se puede ir de la lengua, si somo generosos con él ―contestó Thomas Connery.
―Que Sandra Mowry piensa que Brian está muerto―dijo Annie, lúgubremente―. O que estar retenido por la Orden es como estar muerto…
―Brian no esta muerto hasta que veamos su cadáver y no hay más que hablar ―sentenció Jacob―. ¿Qué más?
―Que la Orden Esotérica de Dagon practica sus rituales los sábados por la noche, y las noches de Walpurgis y de Samhain… para la que quedan nueve días ―continuó Annie―. Y que cerca de Innsmouth, en la Mansión Babson, vivía un ermitaño, que practicaba brujería y experimentos ¿genéticos?, muy interesado en los monstruos acuáticos y en descendencias demoníacas.
―¿Qué es la genética? ―preguntó Patry.
―Me suena a algo de antropología, no sé, mañana preguntaré en la biblioteca.
Thomas se levantó de sopetón.
―¡Conozco a un antropólogo!… es más. Conozco a alguien que quizá tenga información sobre Innsmouth.
―¿Quién? ―preguntó Jacob extrañado.
―El cura de la Iglesia de M-E Asbury, el padre Wallace. Es doctor en antropología… y siempre ha tenido muy mala opinión de la gente de Innsmouth.
―Muy bien ―comenzó Jacob―. Mañana Thomas irá conmigo a ver a ese tal padre Wallace. Colin y Annie investigarán en la biblioteca. Greg se quedará descansando.
―¡Pero si estoy bien!
―Y dentro de dos días estarás aún mejor ―zanjó Jacob―. Y por último, Liam y Patry se acercarán a Innsmouth, a ver si pueden sonsacar información a ese alemán… o a quien sea.
―La rubia despampanante y el tipo de la cara quemada ―se quejó Greg agriamente―, seguro que pasan muy desapercibidos.
―Tranquilo, Greg ―se burló Patry―. Yo nunca doy mi verdadero nombre.